Los últimos datos de la Organización Internacional de trabajo (OIT) nos dan fe de un panorama favorable para nuestra región: la taza de crecimiento de la fuerza laboral vuelven a ser estables después de la crisis del 2008. Incluso en índices mayores que los registrados previo a la crisis.
Los grandes esfuerzos de países hermanos han logrado que Guatemala, a pesar de sus más de 14 millones de habitantes, ostente el índice de desempleo más bajo de la región (4.1%) situándose junto a Honduras y Panamá con cifras menores al 5%.
Pero el panorama para la Costa Rica de Chinchilla no es tan alentador. Costa Rica es, léase bien, el único país de America Central cuyo índice de desempleo supera el 10.4%. ¡El único! Incluso muy por encima del 6.3% de Nicaragua y el 7.1% de El Salvador.
La explosión de jóvenes que terminan sus estudios universitarios (inclusive de post grado) antes de los 25 años han dejado una enorme fuerza laboral sobrecalificada para la mayoría de los trabajos operativos de una nación que basa su economía en Turismo, Servicios y Sportsbooks que Greivin Moya insiste en perseguir.
Sin embargo la gente joven sigue siendo encandilada por los anuncios de universidades privadas, de carreras rápidas "que te ponen a trabajar" y se caen de cabeza en un pozo de los deseos que no admite menudo sino millones de colones que terminan por enriquecer a los dueños de los consorcios educativos más grandes del país.
Las múltiples Universidades Privadas están en manos de pocos y la maquila de títulos sigue dejando una nube gris de profesionales que no logran encontrar empleo en su área.
El incipiente gobierno, por su parte, pierde el tiempo remodelando Cencinais y bautizándolos como Redes de Cuido mientras cada vez hay que cuidar menos niños con grado de desnutrición y más niños con grado de Licenciatura.
En los últimos años nuestras plazas de empleo se han mantenido casi igual. Son los profesionales los que se han multiplicado. Y mientras tengamos Doctores Tsunami atendiendo en el Hopital Nacional de Niños y a Justo Orozco enseñando Leyes y profesando Derechos Humanos la cosa no pinta pronta mejoría.
